viernes, 19 de diciembre de 2008

Simplemente .... un ANGEL 3



La misión

Después de leer el diario de mi madre confieso haberlo abierto por primera vez para completar esta historia sobre la vida de mis padres y sin darme cuenta… la mía. Apareció sorpresivamente ante mis ojos mi Ángel Guardián, más cálida que antes, más bella y con todas las palabras que no dijo y que no me reveló antes de verme preparado. Nicolás, después de cinco años he vuelto, tu misión de Guardián la cumpliste y la entendiste muy bien, comenzaste con tu padre que era quien más necesitaba tu protección, pues no aceptó nunca la muerte de tu madre, aunque si pudo superarla gracias a ti, pero no la entendió.


Observarlo y cuidarlo en sus horas de desconsuelo fue tu inicio y sin darte cuenta abriste tu alma a todas las señales de auxilio que estuvieron frente a ti, yo te dije que para ser guardián no necesitabas alas ni poder volar, ya que las alas están en tu mente y en tu corazón, te doy las gracias por cumplir tu misión y ayudar a quienes lo necesitan. No creas que por todo lo que digo ya se acabó tu misión, al contrario, acabas de comenzar, a tu vida va a llegar mucha gente a quien le faltará comprensión, protección, amor y esto puedes entregarlo simplemente con la mirada más sincera y a través de ella mostrar tu corazón y tu interior, con una cálida caricia, escuchando, o simplemente con la mirada más limpia y honesta que puedas entregar. Ángeles…ellos caminan junto a ti a diario, aunque no les reconozcan, puedo asegurarte que incluso te han hablado.


Recuerda que la misión de un Ángel no acabará jamás y sólo necesitas oír los corazones para saber que alguien te pide ayuda. Tu misión es aquí en la tierra mientras vivas yvivirás siempre que entiendas, conozcas y uses para el bien este don, no todos losÁngeles tienen la dicha de estar en la tierra y tener una vida como tú. Yo tuve que esperar la muerte de mi cuerpo en la tierra para vivir como Ángel, fue duro porque tuve que elegir dejar en cuerpo a quienes amo y cuidarlos eternamente desde el cielo y en algunossueños sin volver a ser vista por ellos, sin poder volver a tocarlos, ni decirles cuanto los amo, aunque cada vez que ellos me hablan desde sus corazones ahí estoy, y ten la seguridad que cada vez que alguien siente una energía cálida, suave, un aire limpio, paz y de pronto emociones o recuerdos de la nada es que están siendo acompañados por un Ángel que sostiene sus manos y seca las lágrimas. Si comparas tu misión con la mía existe una diferencia; y es que a mí me agradecen mirando a cielo porque no pueden estrechar mi mano ni darme un abrazo de gratitud, a ti sí. Sólo quiero decir que aproveches al máximo la oportunidad de brindar calor con un simple abrazo.Cuando me despedí, te prometí que algún día te hablaría de mi vida, Hoy llegó el momento.

Hace veinte años me revelaron dos grandes verdades de mi vida, la primera era sobre mi origen porque aunque tuve una madre que me llevó en su vientre lo cierto es que soy hija de una estrella, y esto me honraba con la posibilidad de ser un Ángel, claro sólo por disposición divina y la segunda revelación es que en mi vientre comenzaría a crecer una vida. Estoy segura que esta historia ya la conoces hijo...
No llores Nicolás, tú sabes que siempre he estado contigo, ser tu madre y tu Ángel Guardián ha sido la mayor bendición que Dios pudo darme.-No pude contener el llanto, la abracé y lloré como un niño en sus cálidos brazos y como muchas veces lo hizo acarició mi cabello y besó mi frente, respiré profundo y mi mente se llenó de respuestas y comprendí la historia de mi familia.-Sé que debes necesitar varias repuestas pero, antes escucha la parte de mi vida que no esta escrita en el diario; En el momento del parto, llegamos al Hospital y todo iba muy bien, ambos estábamos en perfectas condiciones de salud, tú para nacer y yo para darte a luz. Recuerdo que estaban el médico y las enfermeras, tu padre a mi lado y sobre mí la luz redonda y amplia que me iluminaba por completo.

Miré esa luz y Dios me dijo que debía elegir, que era el momento de elegir: ser tu madre en la tierra sin conocer mi origen ni la misión otorgada, y que aquella primera revelación sería sólo un sueño más, o ser un Ángel y cumplir mi misión y además ser tu madre y cuidarte y protegerte desde la infinidad del universo, pero esto tenia un costo, y debía decidir. ¡Tú ya sabes cual fue mi elección!, De pronto escuché la voz del médico algo alterada, tu padre preguntaba que pasaba, y naciste tú, y mientras nacías mi corazón comenzó a detenerse, el médico pidió que tu padre saliera del pabellón porque todo se estaba complicando y él se ponía cada vez más nervioso, pero en los últimos latidos de mi corazón le pedí a tu padre que se acercara, lo besé por ultima vez e hice que me prometiera que te cuidaría y te amaría tanto como yo lo amé, y mi corazón dejó de latir. Esta historia continúa como ya lo sabes y has vivido. Espero que no sufras sabiendo que pude elegir estar contigo, pero ten claro que siempre te acompañé y caminé a tu lado.


Desde el cielo y junto a Dios velé por ti y tu padre día y noche, preguntándome ¿qué tan feliz habríamos sido los tres?, Pero me consuela saber que Daniel hizo lo mejor y yo también.-Mamá no es el momento de cuestionar quien se equivocó o quien lo hizo mejor, solo sé que estos primeros veinte años de mi vida han sido hermosos con mi padre cuidándome y amándome y con tu presencia en nuestra vida, jamás nos olvidamos de ti y todo lohacíamos pensando en que tú estabas con nosotros. Te libero de cualquier culpa porque sé que fue Dios quien te eligió y él no se equivoca.-

Tengo una pregunta, mamá -Responderé cualquier cosa que tú desees- Cada vez que Daniel lloraba en su habitación, miraba hacia el cielo y hablaba solo ¿tú, estabas ahí? -Siempre, cada noche, en cada lágrima y en cada suspiro. El no podía verme, ni tampoco oírme, pero su amor y convicción eran tan grandes que tenia la certeza de que yo estaba allí acompañándolo. Pasaron los años y él logró con el poder de su amor hacerme visible y verme, escucharme y sentirme. Recuerdo muy bien cuando eras un niño y él te protegía y contaba la historia del Ángel mirándome a los ojos. Yo me sentaba a los pies de tu cama y juntos nos dábamos fuerza para seguir adelante, esperábamos que te durmieras y luego él me pedía que no lo dejara hasta que también pudiera conciliar el sueño.

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