domingo, 19 de octubre de 2008

Un Sueño Triste


Cuenta la triste leyenda, que en la oscuridad del ser,

un triste sueño moraba, pues le mintió su querer,

contra su mente luchaba, decidido a continuar,

y su ilusión destronada rogaba por perdonar.



Mas se contaba también, que nadie atendió su ruego,

y el deseo de su amor, prendió su pecho de fuego,

su amante eterno no fue, ni tan sólo su cariño,

y el sueño llorando quedó como un desvalido niño.



La luna llegó a arrullarlo pero el sueño no quería,

“mi amor no me abandonó, sé que volverá algún día”,

se consolaba a si mismo, más algo en él bien sabía,

que por orgullo o temor a su ser no volvería.



Acunado entre las rocas, mira al mar todas las noches,

por si llega con las olas, sonriendo sin reproche,

si el causante de su mal, supiera cuanto lo ama,

volvería sin temor a sumergirse en su alma.



Porque dicen que el amor se sustenta de perdones,

la sonrisa es pasajera, como lo son las pasiones,

la confianza es eterna, y se gana día a día,

a pesar de una mentira no se traiciona una vida.



El sueño triste recuerda, con mil perlas en su pecho,

el calor de su dulzura, le recuerda sin despecho,

no sabe si ha de volver, más algo en él le repite,

que algo trata de esconder y su verdad no transmite.



Qué fue del sueño fiel, si leyenda o realidad,

tan sólo cuentan de él que no lamentó en verdad,

amar pese al sufrimiento, pues al cabo fue feliz,

entre dichas y temores, fue creando su tapiz.



No lamenta el desconsuelo, pues no cambia la sonrisa,

que a pesar de haber perdido fue su traje y su camisa,

no lamenta conocerlo, aunque le dejó en desvelo,

pues su amor fue muy sincero y el perdón será consuelo.



Muchos claman su locura, pobre sueño soñador,

como perdonar la duda, como olvidar el dolor,

pero el pobre sueño siente, y escucha su corazón,

con temores o con dudas, sin el perdió su razón.

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