jueves, 28 de agosto de 2008

Florezca en su ambiente


Hay una historia muy interesante del Doctor Robert Schulzer. En Persia existe la famosa mina de Golcanda. De ella proviene el Diamante de Coginor que está engarzado en la corona de Inglaterra y el Diamante de Orloff que está en la corona de Rusia. Pues había una vez, en Persia, un hombre llamado Alí Hafeth. Era granjero y estaba satisfecho con su suerte. Tenía esposa e hijos. Se consideraba un hombre feliz hasta que un día llegó un sacerdote del Oriente y comenzó a hablarle acerca de algo extraño que aquel hombre llamaba diamante. "Brillan como millones de soles. Son la cosa más hermosa del mundo", le comentó el sacerdote. De pronto Alí Hafeth comenzó a sentirse descontento con lo que tenía. Le preguntó al sacerdote: ¿Dónde se pueden conseguir esos diamantes? El sacerdote le dijo: "Dicen que es posible encontrarlos en cualquier parte del mundo. Busca un arroyo claro que corra por entre arenas claras rodeadas de montañas y allí encontrarás diamantes". Viajó por toda Palestina, luego por el Valle del Nilo hasta que llegó a los Pilares de Hércules, la entrada a España. Buscó las arenas blancas, las altas montañas pero no encontró diamantes. Ya habían pasado años cuando llegó a España totalmente arruinado, e incapaz de comunicarse con su familia. En un arranque de desesperación y de total sentido de fracaso se tiró al mar y se mató.

Mientras tanto, el hombre que había comprado su granja, descubrió una extraña roca negra mientras daba de beber a su camello. Llevó la piedra a su casa, la puso sobre la chimenea y no se acordó más de ella. Un día el sacerdote entró a su casa, vio la piedra, alcanzó a deslumbrar un rayo luminoso de color que partía por una hendidura de la piedra y le dijo al hombre. "Es un diamante. ¿Dónde lo hallaste? El granjero le contestó: "Lo hallé en las frescas arenas del arroyito de agua clara en donde doy a beber a mi camello". Juntos salieron corriendo tan rápido como le permitían sus pies; marcharon hacia el arroyo, cavaron y encontraron diamantes. Este descubrimiento dio pie a lo que luego se convirtió en la Mina de Diamantes de Golcanda, la mina de diamantes más grande del mundo.

¡Qué curioso! Los diamantes había estado todo el tiempo allí en el fondo de la propiedad de Alí Hafeth. En no los había visto y perdió su vida en una búsqueda infructuosa. ¿No será ese el caso suyo? Usted puede perder su vida buscando y persiguiendo placeres, fama, riquezas, viajando por todas partes. Todo en un esfuerzo por hallar la felicidad, pero la felicidad puede estar a sus pies en el ambiente donde está. Florezca allí en donde le tocó estar porque allí hay una mina de diamantes debajo de sus pies. Porque donde quiera que usted esté, allí está Dios y donde quiera que esté Dios, hay planes hermosos. No es el lugar lo que hace a al persona, es la persona la que hace el lugar.

¡Cuánta gente se queda de su matrimonio, de su familia, de sus hijos, de sus padres, de su ciudad, de su pueblo, de su trabajo! Y están siempre deseando otra cosa, añorando otros ambientes, otras personas, otras circunstancias. ¡Qué tristeza y qué dolor! Siempre quejándose de lo que tienen. No gana nada con eso. Usted puede florecer en el ambiente en que le tocó estar. No depende de las circunstancias, depende de USTED. ¡Usted está sentado en una mina da diamantes!.

Apóyese confiadamente en Dios y verá como florecerá, no importa donde.

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