domingo, 15 de febrero de 2009

Eres una verdadera joya


El joven se acercó al maestro en búsqueda deun poco de sosiego:
- Maestro, -le dijo al viejo- me siento inseguro,nada me resulta como yo quiero.

Todos me dicen que soy un tonto y que no sirvo para nada.

Sólo me critican, sin valorar lo que hago.¿Me podrías ayudar?

- Ahora no me es posible muchacho -respondióel anciano-.
Tengo mis propios problemas. Másbien ayúdame tú a mí a vender este anillo.
El muchacho recibió la sortija de mala gana pensando que una vez más sus necesidades pasaríana un segundo plano.

- Escucha, -dijo de nuevo el anciano- ve almercado y ofrécelo, pero de ninguna manera lo vendas por menos de una moneda de oro.

El joven ofreció el anillo a muchas personas.

La mayoría lo desdeñaba con desprecio, unos pocos se reían y escasamente alguno llegaba a mostrar interés.
Alguien le propuso venderlo por dos monedas de plata y un candelabro de bronce, lo cual representaba menos de la mitad de lo que el maestro quería.

El muchacho llegó a la conclusión que el viejo estaba loco, y que esa gran suma que pedía únicamente podría ser el resultado de un alto valor emocional.

Dejando de lado esos razonamientos, eljoven persistió haciendo lo mejor para ayudar al anciano, no obstante la tarea le parecíacada vez más difícil.

Desanimado, decidió regresar y contarle alviejo lo acontecido: - Hice lo posible, pero aun los que parecían ser los más expertos no ofrecían una cantida ni siquiera cercana a la que tú pides -contóel joven-.

- Tal vez tienes razón. Quizás no conozco su verdadero valor -replicó el maestro-. ¿Porqué no lo llevas donde el joyero y se lo muestras? No lo vendas por ninguna cantidad, sólo cuéntame lo que opina.

Renegando por la terquedad del anciano, eljoven llevó la alaja al joyero. Después de observarla detenidamente un rato,éste le dijo: - Ésta es una verdadera joya.

Dile al maestro que le doy 58 monedas de oro, en realidad puede costar hasta setenta, pero, si tiene prisa, ésa es mi oferta.

Cuando el muchacho, entusiasmado, le contó alviejo, éste tranquilamente respondió: - Tú eres como una joya valiosa: Si te sientes mal no es porque los demás no te valoren, sinoporque tú mismo no te valoras lo suficiente.

Cree en tu valor y en el de loque haces. Quienes no se percatan de lo que vales lo hacen por ignorancia. Si actúas sólo por buscar la aprobación de losdemás te sentirás frustrado y vacío. Cree en ti y así encontrarás tu propia joya.

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